Los dispositivos y equipos médicos responden a un comportamiento de curva S característico del desarrollo de todas las tecnologías. La curva S tiene su inicio cuando los fabricantes impulsan conceptos emergentes y novedosos, con componentes prometedores y de última generación. En la fase de crecimiento, la tecnología va madurando haciéndose más útil y popular en los centros de salud, su aceptación es cada vez mayor en los procedimientos médicos. Una vez alcanzado un nivel de rendimiento óptimo, se entra en una fase de saturación tecnológica en la cual los equipos se vuelven obsoletos, principalmente porque no es posible mejorar su condición técnica al compararse con otra nueva. En esta última etapa el nuevo dispositivo es un competidor imponente, en tanto que el antiguo se convierte en perdedor, siendo rápidamente reemplazado.
Para aquellas tecnologías de los años 70 y 80, la curva S era extensa, su longitud podía contarse en años y hasta décadas, haciendo que la utilización de los equipos fuera amplia y sostenible. Hoy en día el panorama es diferente, los nuevos desarrollos de dispositivos médicos imponen una aceleración tecnológica compleja que debe ser asumida con inteligencia por los hospitales. Muchas instituciones de salud se enfrentan a situaciones en las que en un par de años un dispositivo médico es considerado obsoleto, situación que desestabiliza su competitividad y su economía, con mucho más impacto en América latina. De hecho se estima que más del 98 % de las instituciones de salud no disponen de un proceso claro y definido para la reposición, entonces suelen estructurar sus presupuestos para adquisición de nueva tecnología con base en información anecdótica y subjetiva, generando así impactos negativos en la sostenibilidad, la economía y la calidad en el sector salud.
Este panorama ha llevado a que la gestión tecnológica adquiera importancia en la toma de decisiones, permitiendo sentar las bases para la construcción de las estrategias corporativas de largo plazo. La gestión tecnológica involucra procesos de planeación, dirección, control y coordinación del desarrollo e implementación de habilidades tecnológicas para la elaboración y acompañamiento de objetivos estratégicos y operacionales de una organización.
Entonces, para enfrentar la acelerada obsolescencia de los equipos médicos, la gestión tecnológica aporta herramientas y metodologías de planeación de reposiciones, considerando siempre los factores de calidad y seguridad que el sector salud demanda. Si bien es importante reponer y/o reemplazar los equipos biomédicos de manera oportuna y controlada por otros más actualizados, de mayor exactitud y capacidad, esta decisión no debe tomarse a la ligera. Las buenas prácticas recomiendan implementar una planeación tecnológica de largo y mediano plazo alineada siempre con el direccionamiento estratégico de la institución, buscando que su impacto se vea reflejado en eficiencia, eficacia y sostenibilidad.
Un plan de reposición de equipos médicos sirve como herramienta objetiva y un insumo importante para apoyar las decisiones de evaluación y adquisición de nuevas tecnologías. Quizás la mejor decisión de reposición no sea por tecnología de última generación, consideraciones tales como los presupuestos económicos, las tendencias epidemiológicas, la competencia del mercado, el análisis de las ofertas que entregan los proveedores de equipos (contratos de comodato, alquiler de tecnologías, adquisición por leasing entre otros), son insumos que aportan para la construcción de una adecuada planeación de reposición tecnológica.
Fuente: http://www.elhospital.com/blogs/Como-gestionar-la-reposicion-de-la-tecnologia-medica+118318